Buenos días y bienvenidos de nuevo a Decídete a leer.
En esta nueva publicación tengo la intención de hablaros del último libro al
que he tenido la oportunidad de echar el guante, La ladrona de libros. Pero antes de nada me gustaría disculparme,
ya que hace casi tres meses de mi última publicación en la que os hablaba de la
novela de Patrick Ness, Un mostruo viene
a verme. Aprovecho estas líneas para daros las gracias por la gran acogida
que tuvo. Sé que escribiendo con tan poca asiduidad es muy difícil lograr un
gran número de lectores fieles y que se comprometan a leer lo que publicas,
pero las circunstancias son las que son y muchas veces cuesta sacar un rato para
dedicárselo a la escritura. Un amigo bloguero me dijo: “Crear un blog es fácil,
lo verdaderamente difícil es mantenerlo activo”, el hombre sabía bien de lo
que hablaba.
Después de esta pequeña introducción sin relevancia, me gustaría comentaros
mi experiencia leyendo La ladrona de
libros, una novela del escritor australiano Markus Zusak. Como aficionado a
la lectura que me considero, me apasionaba la idea de introducirme en la
historia de una niña con ansias de descubrir nuevas aventuras y dar rienda suelta
a su imaginación a través de las palabras, y si eso iba acompañado de un
contexto bélico como el de la II Guerra Mundial, la cosa se presentaba más que interesante.
Además, la cantidad de ejemplares vendidos y el éxito de la película, provocaban
que mis expectativas sobre este libro fuesen incluso más altas.
Pues bien, la novela comienza fuerte, con un par de sucesos desgarradores y que
imprimen una gran fuerza a la lectura, te incita a seguir leyendo, a querer
descubrir más sobre la vida de Liesel Meminger. Pero a medida que vas avanzando
en la lectura esa intensidad de los primeros capítulos se diluye poco a poco.
Mi impresión es que te encuentras ante un nudo muy extenso, con momentos de
escasa relevancia para la historia y una gran redundancia en el día a día de la
ladrona de libros. Me sentía leyendo sucesos similares hasta la entrada en
escena de Max Vandenburg, un judío que tiene la necesidad de hospedarse en casa
de Liesel. Me gustaría daros más datos sobre este personaje, ya que junto a
Hans Hubermann y Rudy Steiner, padre y amigo inseparable de Liesel, componen un
trío esencial que complementa a la protagonista y dotan a la historia de un
gran sentimiento, pero introducir más información sobre Max Vandenburg
supondría adelantar acontecimientos innecesariamente.
Ya en la segunda parte de la novela se retoma la fluidez y el dinamismo de
las primeras páginas. La historia comienza a tomar otro tinte más atractivo y
te invita a continuar con los siguientes capítulos. Al igual que en el inicio
de la primera parte, se nos informa de una serie de acontecimientos que van a
cambiar nuestra perspectiva a la hora de leer. Es cierto que estos capítulos
son más relevantes y te mantienen con una expectativa mayor, pero no es hasta
el desenlace cuando sientes un mayor interés por saber lo que le sucede a
Liesel y a todo su entorno, misterio que se resuelve en pocas páginas y que te
deja con un agrio sabor de boca.
He de decir que me he sentido un poco desilusionado, esperaba
una historia más dinámica en la que la protagonista mostrase una mayor
insaciabilidad por los libros y que llenase las páginas de sueños y metas, pero
supongo que en el contexto en el que se desarrolla la historia era complicado
preocuparse por un objetivo distinto al de sobrevivir, por lo que hay que
reconocerle al autor el haber sabido conjugar lo mejor posible ambos
sentimientos.
A medida que avanzaba en el libro, mi memoria evocaba las páginas de El niño con el pijama de rayas, es obvio
que tienen ciertas similitudes ya que ambas historias se desarrollan en la
Alemania nazi y ambos protagonistas acaban manteniendo una estrecha relación
con un judío a la vez que desafían al sistema totalitario alemán. Si he de
quedarme con uno de ellos, sin duda elijo El
niño con el pijama de rayas. Pienso que la historia está mejor encarrilada
y que consigue emocionarte hasta el punto de sentir una impotencia incontrolable por el personaje de Bruno.
Espero que os haya gustado la publicación y que, aunque a mí el libro me
haya resultado un poco decepcionante, os animéis a leerlo y a comprobarlo por
vosotros mismos. Intentaré no hacerme de rogar tanto como esta vez para escribir
la próxima entrada, os espero por el blog.
Un saludo y hasta la próxima.
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